MENOS GASTOS, MENOS COSTES, MAS MADERA, ESTO ES LA GUERRA

Estamos ante una situación de crisis, no cabe duda, es tan evidente como real, pero creo que no estamos reaccionando adecuadamente y se está empleando en exceso el lema, MENOS COSTES, MENOS GASTOS, MENOS DE MENOS.

Todos sabemos que en las empresas se debe de controlar el capítulo de gatos de una manera cuidadosa, estemos o no en situación de crisis o bonanza económica, pero una cosa es controlar el gasto y una muy diferente desmantelar nuestros recursos, caer en la desidia de cualquier palabra que signifique inversión y sobre todo dejar la empresa al devenir de los acontecimientos sin más esperanza que la que puedan traernos “tiempos mejores”.

Los tiempos mejores a lo mejor no llegan y mucho menos como los hemos vivido en años anteriores y si a lo mejor llegan, ¿estaremos preparados para poder coger la ola? Creo también que sinceramente no. Las empresas se encontrarán con personal reducido, sistemas de gestión obsoletos, ordenadores y tratamientos de la información desfasados y lo que es peor, con el ánimo, la moral y las costumbres por los suelos, después de utilizar en exclusiva políticas ultra defensivas.

¿Quiero decir con esto que debemos de invertir sin análisis y obviando la situación actual?, ni mucho menos. Quiero decir que a lo mejor debemos de analizar nuestro modelo de negocio, nuestras empresas, incluso su continuidad, tal vez no es cuestión de reducir gastos, sino de desaparecer, ya no existen negocios que en otras épocas funcionaban. Pero sin ninguna duda evitar en todo lo posible las políticas defensivas y de reducción drástica de gasto e inversión, que es uno de los problemas que más puede estar mermando nuestra economía, la de todos.

Si la inversión se reduce a cero, el gasto solo será el mínimo y cuando solo se gasta el mínimo no se puede conseguir tampoco avanzar en ningún sentido. ¿Qué pasará cuando no tengamos nada más que reducir? Como el cuerpo humano, la economía tiene que comer lo suficiente para crecer, cuando no se come más que para sobrevivir, solo tendremos un futuro ya no de crecimiento cero, posiblemente de muerte general por inanición.