La vuelta de las vacaciones es siempre un trauma que debemos de superar, o tal vez no. Cuando escucho que existe el trauma posvacacional no queda más remedio que sonreír, ¿trauma qué? Este verano como en casi todos los veranos las vacaciones han sido pocas e intermitentes, las obligaciones de la empresa o de mis compromisos con distintos proyectos, hacen que siempre acaben así, pero yo no tengo trauma posvacacional. ¿Será porque me gusta mi trabajo? Tal vez entonces no estemos ante un fenómeno exclusivo de las vacaciones, sino que simplemente es al final de este periodo cuando nos damos cuenta de que volvemos a un trabajo que no nos gusta, del cual no estamos satisfechos, ni nos permite realizarnos como personas, ni como profesionales. Abogo por terminar con este trauma, abogo por que debemos de analizar cuál es nuestra estrategia para un futuro y desarrollarla de verdad, con todas nuestras posibles herramientas y acabar para siempre con el “trauma posvacacional”.
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