sábado, 15 de mayo de 2010

LOS RECORTES DE ZAPATERO

Después del anuncio de medidas de recorte del Gobierno, después de leer, oír, revisar e informarme sobre el alcance de las medidas, las reacciones de uno y otro lado de partidos políticos, sindicatos, asociaciones profesionales, patronal y empresa, incluso opiniones de gente de la calle normal, por cierto a las que más afectarán estas medidas, tengo una reflexión que quiero compartir.

¿Cómo es posible que seamos tan inocentes?, ¿esperábamos que este o cualquier otro Gobierno en España, Europa o cualquier lugar del Mundo tome medidas de ahorro o fiscales contra las grandes fortunas, empresas o capitales?

Las matemáticas no fallan y es más rápido y menos perjudicial para la económica, el abordar un recorte a algo más tres millones de funcionarios que aplicar un impuesto especial en empresas con cierto nivel de ingresos, que por otro lado puede provocar la huida de capital y la desaparición de inversiones por parte de estas.

¿Cómo es posible que seamos tan inocentes y pensemos que la factura de esta crisis financiera no la íbamos a pagar los de siempre? La clase media Española y la de todo el mundo es la más abundante y siempre será con la se puede contar para utilizar en una calculadora como la del Estado cuando intenta recortar gasto.

Podríamos discutir si las partidas o los ajustes se están haciendo en los sitios adecuados o se podría ver la forma de hacerlos de otra forma, pero en lo que si podemos estar todos de acuerdo es en que se debería de haberse hecho mucho antes y seguramente de una forma más pausada y no tan radical, ni en forma, ni en tiempo. Da la sensación de que estamos al límite, o a lo mejor, es que estamos verdaderamente al límite. Los mercados financieros no terminan de dar su voto de confianza, aunque también es posible que nunca se tomen las medidas suficientes para arreglar, lo que por cierto, ellos mismos provocaron.

En fin, ahora, como he insistido en varias ocasiones, solo cabe trabajar, trabajar y trabajar, para salir de esta crisis. Aumentar el rendimiento y la productividad, agudizar el ingenio, en pocas palabras sobrevivir a esta crisis y por supuesto no pensar que se “arreglará” por si misma. La solución la seguimos teniendo los de siempre y somos nosotros los que debemos de luchar por nosotros mismos.

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