En la sabana había tres leones y los animales de la pradera querían ver quién de los tres era el más fuerte y al que se le debía pleitesía como rey de estos territorios. Los tres leones que eran muy amigos no estaban dispuestos a luchar y mucho menos a hacerse daño entre ellos, por lo que decidieron ver quién cazaba a la gacela más rápida de la sabana.
Los tres intentaron en turno sucesivos capturar a la gacela y ninguno fue capaz de cazarla. Después de una jornada dura intentando superarse al animal se tumbaron a la sombra de una gran secuoya. Hablaban entre ellos y comentaban que no podían decir quién de los tres era el mejor. Desde lo alto del árbol les observaba un águila con interés que les dijo.
-Si me permitís yo sé quién es el mejor de los tres.
- Eso no es posible, ninguno hemos capturado a la gacela.- Dijo uno de los Leones.
-Sí, pero - observo el águila- no todos os enfrentáis igual a la derrota. Mientras que ambos –dirigiéndose a los dos más mayores – os habéis quejado de lo mucho que corría la gacela, tú –señalaba al más joven- eres el que se repetía continuamente, “mañana te pillo”.
Si hoy no habéis podido hoy cazar a la gacela, no os quejéis, entrenar más, aprender algún “truco nuevo”, pero sobre todo no culpéis a nadie de vuestro fracaso. Mañana la pillamos seguro.
Y si no la cazas, márcala, hiérela, tócala... Mañana el calor del Serengueti hará que tenga moscas, larvas y gusanos... Correra más lenta, sin reacción y tú, gran león, comerás...
ResponderEliminar