martes, 16 de noviembre de 2010

CAZANDO GACELAS


Me siento un solitario león africano oteando la sabana, buscando una pieza que cazar, una gacela que me permita sobrevivir.

No puedo correr alegremente ante cualquier objetivo, las fuerzas son limitadas y los recursos escasean. No puedo desperdiciar ninguna oportunidad, son raras y debo de mantener mis cinco sentidos en conseguir alcanzar el objetivo. No puedo ceder al desanimo, la sabana no perdona, si no te mueves, mueres bajo el tórrido sol africano. No puedo tampoco perder de vistas a los demás leones, ellos también necesitan sobrevivir y están igual que yo, detrás de la gacela.

En estos tiempos duros, las “presas” son escasas, muchas han desaparecido por la carestía de recursos de la sabana y otros han marchado a otras sabanas más lejanas y fuera de mi alcance. Al amanecer cuando el sol alumbra los pastos secos y desolados, la vista recorre todos los rincones y mi mente se esfuerza en pensar estrategias que me ayuden a poder cobrar mi pieza.

Ahora recuerdo los sabios consejos de mis padres cuando me enseñaban a cazar. - Debes de encontrar tu sitio, aprovechar las circunstancias, las oportunidades, desarrollar tus capacidades y tus instintos. Debes de ser el mejor, es la pieza clave para la supervivencia y sobre todo no debes de dejar ni un minuto tu naturaleza, eres un león y tu estas en lo alto de la cadena natural, no lo olvides nunca.-

Un día más debo de salir a la calle a vender y me siento como un solitario león africano, pero la verdad es que es mi naturaleza, soy comercial y me gusta mi trabajo. Ahora es más difícil, pero cuando es fácil no se necesita a los mejores, cualquiera puede comer carroña, los profesionales no nos conformamos con eso, tenemos que superarnos, nos obliga nuestra raza.

“A todos los leones como yo, suerte en la caza de hoy.”

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