A los hombres solo nos queda la obligación de apoyar a nuestras mujeres, a las propias, a las conocidas, a las desconocidas, a las del tercer mundo y a las del primero que también están todavía en muchas ocasiones discriminadas, solo por el hecho de poseer el sexo femenino.
Tenemos obligación de ser más considerados, sobre todo en el trabajo escondido de las amas de casa, de las madres que cuidan de nuestros hijos, de las abuelas que siguen cuidando de los hijos de nuestros hijos, con la misma ternura o más de la que emplearon con nosotros.
Los hombres necesitamos a las mujeres y las mujeres nos necesitan pero en conjunto, en equipo, no como segundas o piezas de uso a nuestra necesidad y capricho, Son nuestras compañeras de vida o de sociedad, de trabajo o asociación, y se merecen el mismo trato que nosotros mismos reclamaríamos.
En este día que no me cansare de decir; deberíamos de eliminar por estar en desuso, nos obliga a los hombres a estar vigilando, no hoy, sino todos los días, que las mujeres, nuestras compañeras, tengan los mismos derechos que nosotros.
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