martes, 19 de diciembre de 2017

ABAJO LA RAZÓN, VIVAN LAS EMOCIONES

En estas fechas la publicidad entra en nuestras vidas por todos los medios, algunos tradicionales y otros más "novedosos", pero en casi todas podemos observar que lo importante ya no es el producto, sus cualidades, las características técnicas, lo importante es lo que nos hace sentir.

Los almacenes no ofrecen productos, ofrecen momentos, los perfumes nos inspiran instantes de felicidad, amor y sexo, los coches no tienen caballos en sus motores, tienen lugares y espacios de ciudad y naturaleza, extrañamente mezclados.
Los ordenadores y teléfonos móviles no son instrumentos de trabajo o comunicación, son verdaderas cajas mágicas de sensaciones y relaciones con personas. Llegamos al punto en que los embutidos son terapias contra males psicológicos nacionales. No podemos dejar ver con fascinación como las empresas no luchan en el ámbito de la lógica, la razón y la oferta de sus mejores cualidades, sino con los sentimientos y el corazón de los consumidores. 
Me pregunto: ¿podremos ofrecer software por emociones y no por prestaciones? a o mejor ya incluso lo hacemos cuando elegimos ciertas aplicaciones porque las tienen otras empresas o simplemente las recomiendas personas que nos inspiran confianza o respeto.
Al final creo que dejaremos de razonar para solo sentir. Ganará el corazón a la razón y la lógica.


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