lunes, 7 de febrero de 2011

CAZANDO GACELAS Y EL LEON SORDO:

Nuestro amigo León estaba muy preocupado, llevaba días sin cazar nada, no entendía los motivos, pero era así. Cuando se acercaba a sus presas, estas parecían estar en pre aviso y escapaban corriendo sin darle ninguna oportunidad. Cuanto más lo intentaba, más cansado estaba y además parecía que más torpe.

Se acerco a la laguna, donde solía tener mucho éxito con sus presas, estas se acercaban sedientas a beber y normalmente no ponían mucho cuidado. Al llegar vio una gran rana hinchando y deshinchando su papada y se dio cuenta de que no escuchaba su croar. Perplejo entonces se percato de su gran sordera, no oía nada.

De rabia se tiro a la laguna de cabeza, intentando cazar la rana, que ya hacía tiempo se había escapado. El agua al entrar en sus oídos los limpio y dejo de nuevo libre el sonido a nuestro León. Este al salir, mojado, un poco humillado después de su banal intento, con su preciosa melena chafada, noto todos los sonidos.

Tumbado al sol para secarse, reflexiono sobre todas sus capacidades, su fuerza, su rapidez, su fiereza, sus grandes mandíbulas, todo inútil sin poder escuchar, sin poder oír sus propios pasos, los pasos de sus presas, los sonidos que le informan de cómo utilizar todo lo demás.



“No debemos de caer en la sordera de nuestro amigo el León, debemos de percibir nuestro entorno, sino no podremos saber que debemos de hacer o decir.

Tan importante es escuchar a nuestros clientes como saber que decirles después de haberles escuchado”

2 comentarios:

  1. O eso, o ¡comprar un sonotone!. Aunque me parece que si notas la sordera, normal con los años, tampoco va mal agudizar otros instintos que puedan ayudarte a recuperar tu esplendor para la caza

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  2. Nuestro amigo era un hombre que iba por la selva con su violín y de repente aparecen
    Un grupo de leones dispuesto a atacarle y entonces recordó que la música
    Amansa a las fieras y decidió tocar el violín. Los leones se quedaron relajados y casi dormidos y cuando el hombre estaba apunto de irse va y se
    lo come un león, y le dice un león a otro
    Y no te decía yo, ¡Qué el sordo nos iba a arruinar la fiesta!
    Tan importante es saber que todos los clientes no son iguales y hay que saber en cada caso, que decirles a cada uno.
    HAB

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